Los vinos de Carrascas: poesía manchega " de altitud"

Os presento "otra" Castilla-La Mancha. La de parajes como El Bonillo, un páramo a más de mil metros de altitud, situado en lo que se ha convertido en la "milla de oro" de la Albacete vitícola. Un enclave
privilegiado situado al suroeste de esta provincia, entre las comarcas de Campo de
Montiel y Sierra de Alcaraz,donde la familia Payá puede desarrollar, a sus anchas, este interesante proyecto de vinos.

Esta joven bodega, que sacó al mercado su primera añada en 2014, está rodeada de un ondulado paisaje con el tomillo, el romero,las sabinas y carrascas centenarias como protagonistas "vegetales" , no resultando difícil avistar ciervos, abutardas y otros animales por sus alrededores.  La finca cuenta con unas 540 hectáreas, de las que solo las 55 que rodean la bodega se dedican al cultivo de la vid,buscando siempre la máxima integración en la naturaleza y el mínimo impacto en el medioambiente. Con Rafael Veas como director general de la bodega, en viña y campo cuentan con la asesoría de José Ramón Lissarrague, sumándose la del enólogo Ignacio de Miguel como asesor técnico, en la bodega.

Los viñedos están situados a 1.000 metros de altitud, lo que hace que en Carrascas el clima sea continental,con grandes diferencias de temperatura entre la noche y el día, lo que favorece una larga y lenta maduración de la uva. Encontraremos en el viñedo tanto variedades blancas como la viognier y chardonnay, como las tintas tempranillo, cabernet sauvignon, merlot y syrah.

 

El tomillo y el viento bailan Viognier 2019. Bodegas Carrascas.

 

Y aquí llega la poesía a las Carrascas. Y es que cada vino de esta bodega es un verso que compone una pequeño poema, con el que describen el paraje donde se encuentra.

 

La torpe avutarda descansa,

El tomillo y el viento bailan,

Al cobijo de una gran sabina,

Y solo cuando el río calla,

Una sombra de ciervo avanza

Mientras cubre la luz tardía. 

 

Entre ellos, "El tomillo y el viento bailan" es su presentación en sociedad, un viognier con crianza sobre lías muy correcto, que es la puerta de entrada para conocer su gama.

 

Apuntes de cata:

 

A lo mejor pensáis, ¿una viognier en Albacete? Pero, aunque parezca sorprendente, esta uva de origen francés se ha adaptado a las mil maravillas a esta zona, ya que consigue madurar lentamente y a la perfección. En este viognier, que cuenta con una  crianza sobre lías de seis meses en inoxidable,encontramos el lado más juvenil y frutal de esta uva. En su nariz aparecen notas de fruta blanca de hueso, sobre todo melocotón, junto con algunos florales, siendo muy aromática y agradable, pero lo que más me gusta es su boca, donde la viognier muestra todas sus cartas varietales, con ese peso que llena la boca, su glicerina, sin perder por ello frescura. Un blanco amplio y frutal que te introduce en esta vairedad de una forma sencilla y agradable, pero que al tiempo es un vino serio, bien construido.

Con qué me lo tomo: Se me antojan unos bastones de berenjenas con miel, creo que conjugará bien la miel con la glicerina de este vino.

 

Cuándo me lo tomo: Depende. Al tener una crianza sobre lías es un blanco que puede perdurar más en el tiempo y si además te gusta el otro lado de la viognier (el de los hidrocarburos, ahumados, etc), guárdalo en casa unos años y luego hablamos. Pero si prefieres el lado más primario, frutal e inmediato, ahora está estupendo.

 

Cuánto cuesta:  Unos 14,65 €.

 

La B.S.O.: Esta bodega me inspira días de campo, de luz y de naturaleza, así que voy a proponeros uno de mis grupos favoritos en plan relax-rural, Kings of Convenience.