Quíbia: el blanco que tenía el alma negra

Y he aquí la nueva añada del personalísimo vino blanco que elabora la bodega Ánima Negra que, fiel a su nombre y a su filosofía, sigue en su apuesta por lo autóctono y diferenciador. Así, además de estar elaborado con uvas ancestrales mallorquinas, parte de una mezcla en la que el porcentaje de uva tinta (más exactamente de la variedad Callet) supone nada menos que el 40% del total. El 60% restante corresponde en un 35 % a la Premsal blanc y en un 25% a la Giró Ros. 

 

 

La uva callet, es sin duda alguna una de las mayores señas de identidad de Ánima Negra. Tanto es así que hasta en su blanco la empoderan como la uva con más presencia en el coupage. Y es que para Miquel Àngel Cerdà y Pere Obrador, sus "alma mater", esta variedad encierra la esencia de su isla, dotando de una identidad propia a sus vinos: ese toque "salvaje" y profundamente mediterráneo que los define.

La bodega,la antigua ‘possessió’ de Son Burguera, que data del siglo XIII, está situada al sureste de la isla, cerca de Felanitx, y sigue en esa línea de personalidad mallorquina que es obligatoria en An y que en su Quíbia se traduce en un particularísimo lado salino y mineral, que vincula de forma directa sus viejas viñas con el Mediterráneo y con sus suelos. Quizá la influencia del viento marino en sus viñas plantadas mirando al mar y el escrupuloso respeto a la tierra tengan algo que ver.

 

Blanco Quíbia 2019. VT Mallorca. 40% callet,35% prensal blanc y 25% Giró Ros. 

Me encanta que para para no "contaminar" la  tipicidad del suelo y de las variedades utilizadas, el vino fermenta con levaduras propias de los viñedos de la bodega y no "toca" madera, contando simplemente con una crianza sobre sus lías en inoxidable de  cuatro meses.
Mis apuntes de cata: Muy fresco y con mucha personalidad,es un vino muy Ánima, con personalidad mediterránea y un punto salino que sorprende. Cuando lo llevas a nariz destacan sus notas florales pero sobre todo frutales, como los melocotones y pomelos, con un fondo mineral, como todos los vinos de la casa. En boca es untuoso, con peso, largo y bien equilibrado, destacando esa curiosa característica salina que lo hace diferente y muy refrescante. 

Cuándo me lo tomo: Está en su momento perfecto.

 

Cuánto cuesta: Unos 14 euros

 

Con qué me lo tomo: Mirando al mar, con un pescado a la brasa, sería una maravilla.

 

La Banda Sonora:  Es verano y este vino te lleva hasta la misma orilla de un mar hecho para ser feliz, como esta canción de un grupo que llena de energía.