Vinos en el Súper Versus Vinos de Súper

Muchas veces tengo la sensación de que  los críticos y los periodistas del vino, vivimos en un universo paralelo, en el que los vinos que conocemos y catamos no están dentro del circuito de compra compartido por la mayoría de los consumidores. Es decir, ¿cuántas veces me ha pasado que un amigo, ante los estantes de su “súper”, me ha llamado para pedirme consejo y yo no conocía ni un diez por ciento de las marcas que me dictaba? Es verdad que siempre recomiendo acudir a tu “vinoteca de proximidad” a comprar, porque creo firmemente en el pequeño comercio, porque enriquece nuestra economía y sobre todo, porque hay una persona que te va a aconsejar, que sabe de lo que habla y que se va a preocupar por ti, más que nada, para que vuelvas. Pero sería de bobos negar la realidad de los tiempos actuales, esa que nos obliga a hacer la compra una vez cada quince días en grandes superficies. Y en esa compra, ¡por dios!, que se incluya el vino. Algunos súper se han dado cuenta de este porcentaje de clientes que quieren un trabajo de “vinoteca” aunque vayan al hipermecado, y tienen su rincón del “sibarita”, su “bodega”, atendida por un sumiller o al menos, por alguien con una cierta formación en vinos. Otros no. Algunos súper cuentan con catálogos coherentes, en los que se cubren todos los espectros de precios, zonas y calidades y otros, no. Pero he de decir, que siempre, siempre, te llevas alguna grata sorpresa. A partir de ahora, os enseñaré el vino que he comprado esta semana en el súper y mis impresiones sobre él, el porqué de mi elección y el resultado de las mismas. Y, como os aseguro que no hay ninguna intención comercial en ello, dónde lo compré y a qué precio. Porque lo que quiero es ser útil en vuestra próxima compra. También quiero comprobar si es cierta la sensación de que los vinos hechos para el súper responden, en muchos de los casos, a vinos confeccionados bajo parámetros de bajada de calidad para poder ser competitivos en la jungla del lineal , o si son vinos que, simplemente, se venden también en el súper, a veces a un precio similar que en las vinotecas, pero otras muchas a un precio inferior “gracias” a esa política de precios extra agresiva que lleva a los hípers, muchas veces, hasta a los juzgados. Así que os iré informando de mis indagaciones y lecturas de etiquetas. Sin más, os dejo con mi primera cata: la del vino que le compro a mi padre.