Los Hinojosos es un paraje muy especial. Situado a 900 metros de altitud, a caballo entre Cuenca y Toledo, fue el lugar escogido por la familia Martínez Bujanda (que cuenta también con Finca Montepedroso en Rueda y Viña Bujanda y Finca Valpiedra en Rioja)para su aventura manchega: Finca Antigua. Antigua porque aquí se encontraba la histórica Cueva del Granero, un lugar prvilegiado para el cultivo de la vid que nos ofrece una visión de La Mancha diferente, con más frescura, más serrana. Es un paisaje único de mil hectáreas, repartidas entre 421 dedicadas al viñedo y el resto de monte bajo, con una rica flora autóctona(encinas y coscojas, romero y tomillo...)y una fauna muy diversa (lirones, perdices, conejos, liebres..) En 1999 compran esta finca, que ya tenía plantadas (desde los 80 y 90)200 hectáreas de viñedo, sobre todo de cabernet sauvignon y tempranillo. Los Bujanda plantan otras 200 hectáreas en el 2000 y terminan de plantar viña en el 2006 para, en total, sumar las 421 hectáreas de viñedo actual. En el viñedo encontraremos viura, tempranillo, garnacha y moscatel como representantes "nacionales" y merlot, cabernet sauvignon, petit verdot y syrah entre las "internacionales". En total, 40 parcelas diferentes que se vinifican por separado, creando "vinos de parcela" para extraer la máxima identidad de cada terruño y variedad.La bodega está muy bien integrada en el paisaje: tres cajas de acero, piedra y cemento, alrededor de una balsa de agua, que es la que abastece hídricamente al viñedo. Como curiosidad, me encantó su parque de 4.500 barricas, apiladas ingeniosamente en nido de abeja. Una patente española que evita la presión en la madera y permite que las barricas están más separadas.
La Sostenibilidad en Finca Antigua: nanotecnología en la viña
Que el cambio climático está afectando especialmente al viñedo es una realidad: calentamiento global, sequía... Por eso en Finca Antigua, dentro de su filosofía de sostenibilidad (su viñedo está en proceso de ser "eco", algunas parcelas ya lo son y elaboran desde la cosecha 2017 un vino orgánico), han apostado por la aplicación de la nanotecnología en el viñedo, para así conseguir un consumo más bajo de agua. Sin entrar a dar clases de químicas (entre otras cosas porque las aprobé por los pelos), lo que hacen es, mediante longitud de onda, romper los puentes de hidrógeno del agua. Cuantos más ciclos ha vivido el agua, más puentes de hidrógeno se van generando, lo que se traduce en un agua más "pesada". Mediante esta técnica, consiguen un agua más fina, que penetra con mayor facilidad en el terreno y disuelve mucho mejor los nutrientes en el suelo. Así, con la mitad de agua consiguen una mejora en la absorción asombrosa. De esta manera han ahorrado un 50% de consumo de agua, además de mejorar la calidad de la uva debido a una mayor eficiencia fotosintética de la planta.
El director técnico del grupo es Lauren Rosillo, una de las figuras enológicas más relevantes de nuestro país. Manchego de pro, siente un especial cariño por Finca Antigua, donde continúa siendo fiel a su filosofía de elaborar vinos francos, sinceros, que sean reflejo de cada terruño, ajenos a las tendencias y que transporten al paisaje. Un enólogo con más "bota" que "bata", como me gusta decir, de los que prefieren estar a pie de viña. Así que fue toda una clase magistral recorrer con él las viñas de Los Hinojosos y catar, en el propio viñedo, su Clavis, el vino más especial de la bodega.
Clavis y Pico Garbanzo: la magia de un jardín varietal
Pico Garbanzo es su parcela más especial, una rareza fruto de una plantación anárquica, caprichosa, única. Son 4 hectáreas con un suelo diferente al resto (en este caso es arcillo-calcáreo, el resto es calcáreo), con las que se toparon al comprar la finca. Plantada en los 80, esta pequeña parcela cuenta con ocho variedades distintas, plantadas sin orden ni concierto, un enloquecido jardín en el que hay hasta uva sangiovese. Lauren decidió hacer un vino como los de antaño, vendimiando todo a la vez, con algunas uvas maduras y otras menos. El resultado, aunque parezca mentira, no puede funcionar mejor: un "vino de pago" único, Clavis (la llave), de una complejidad y elegancia realmente especiales y con fecha de caducidad: lo que dure en activo este viñedo singular.
Clavis 2012 a pie de viña. Y es que no hay mejor manera de catar un vino que en su entorno, observando el mismo paisaje que ven las viñas, oliendo ese cantueso, ese romero, las encinas, que estoy segura que imprimen carácter al vino. Elaborado sobre todo con garnacha y cabernet sauvignon,cuenta con dos años de envejecimiento en barricas de roble francés sin tostar y luego,botella. Clavis 2012 nos regaló una nariz muy compleja, madura, aromática, con multitud de hierbas de monte, conjugadas con ciruelas y moras y notas hasta florales típicas de la garnacha... En boca es elegante, profundo, fresco y frutal.
La cata
Con vistas a Los Hinojosos, pudimos catar viejas añadas de sus vinos, comprobando cómo van "haciéndose mayores" los Finca Antigua.