Sorry, soy una Pink Lady

En fin. Sí, yo soy una pink lady. Desde que vi Grease y tuve edad para beber alcohol. Bueno, dejémoslo en desde que vi Grease. En un mundo perfecto se bebería más rosado, yo eso lo tengo claro. Pero aquí, en este mundo imperfecto y sobre todo en esta adorada piel de toro...   no cuajan entre el público, o mejor dicho, no encuentran su público. Los españoles somos bebedores de tinto… y acaso, si hay pescadito, o ahora con los calores, pues de blanco. Pero a casi nadie se le ocurre, excepto en zonas de profunda tradición en este tipo de vinos (hablo de Valladolid, de León o de Navarra) pedirse un rosado. En general tienen la fama de un “ni chicha ni limoná”; ¡anda que no habré oído yo veces lo de, “para eso ya me tomo un tinto”! Pues no, cada vino tiene su momento y yo, os lo aseguro, encuentro muchos para tomar un rosado.

 

Fuera de nuestras fronteras, sin embargo, los rosé lo petan, tanto en su versión tranquila como en espumosos. En ese universo del comer bien y sano, del cuidar la línea, son unos vinos que encajan, porque suelen tener un poquito menos de alcohol que los tintos y sobre todo, porque cuentan con resveratrol, que es ese componente aportado por la piel de la uva tinta que es la caña para nuestro corazón y para nuestra piel. Así que entre los healthy es la elección más acertada. ¿Os he convencido?

Solo daré, para no ser cansina, un par de pautas sobre qué es un rosado. Es un vino elaborado a partir de uva tinta (aunque algunos llevan un pequeño porcentaje de uva blanca) y es de color rosa simplemente porque lo dejan menos tiempo en contacto con los hollejos (la piel de la uva). Por eso es un vino fresco, frutal, facilísimo. Es mi vino favorito para el aperitivo, pero también lo escojo cuando me enfrento a la cocina estival.

 

Y sobre todo, es mi elegido para llevármelo al borde de la piscina mientras me leo el tocho del verano. La niña juega en el césped, oigo un perro ladrar a lo lejos… me quedo adormilada sin darme cuenta y Julia llega con sus manos pegajosas de helado  y las plantifica en medio de la página de ese libro prestado, que ya nunca volverá a ser el mismo. ¡Ni falta que le hace! Los tochos del verano han nacido para sufrir. Se lo merecen. 

 

Y es que además puedes encontrar vinos bien diferente en este color. Tenemos esos vinos rosa fuerte, llenos de aromas a frutas rojas y golosinas, que hasta hace unos años, componían el grueso de las elaboraciones. Y tenemos los rosados que miran hacia afuera, hacia el mercado exterior, en forma de vinos más delicados, de color pálido, más fresquitos y menos pesados en boca, con una acidez rica rica. Y por último tenemos el mundo complejo de rosados hechos para durar más, con trabajo de lías, fermentaciones en barrica… En resumen, todos los caminos llevan al rosa, busca el tuyo.

 

Ya os dejo con mi top ten de rosados: podría haber puesto cincuenta, pero he decidido empezar por éstos, que son los que, por diferentes motivos, me han gustado más de lo que últimamente han llegado a mi copa. Yo creo que entre ellos encontraréis vuestro vino rosado. Y si no, me lo decís, y lo miramos. Soy cabezota y esto es un tema personal. Hay que hacerse pink lady, me da igual que seas un tío. Como decía Osgood en Con faldas y a lo loco, "Nadie es perfecto".

Pero los rosados, sí lo son. 

 

MIS NAVARRICOS:


HOMENAJE ROSADO 2015. Bodegas Marco Real. DO Navarra. 100% garnacha
Como cada año, llega la nueva edición del rosado Homenaje, cuya etiqueta cambia con la añada y viene firmada por un joven diseñador. Este año es María Clé la diseñadora que firma una etiqueta muy elegante, protagonizada por la acuarela de una flor, que es el leit motiv de una de sus colecciones, Frágil.
Con ella quiere transmitir el lado más sutil de estos vinos, que resultan ideales de cara a los calores que nos vienen, y que combinan perfectamente con los diseños de María Clé. 
Pero no solo hay imagen detrás de este rosado. También hay uno de esos vinos disfrutones, con los que pasar una agradable velada de cháchara con los amigos. 
Mis apuntes: Subido rosa aframbuesado, muy joven, casi violeta. En nariz hace honor a la garnacha, con mucha frutita roja, fresca, como la cereza o la fresa silvestre, pero con un fondo más complejo, con notas de hierbas de monte (romero)  y flores (violetas). Ello le confiere un aire más refrescante que en otras añadas. En boca es muy fresco, de estupenda acidez, buen cuerpo que llena la boca, largo, con muchísima fruta en el paso, muy agradable. 
Su momento: Ahora mismo, ¡carpe diem!
Lo que cuesta: 4,25 euros
Con  qué me lo tomo: De aperitivo, con unas gambas a la plancha, bien fresquito, haciendo “terracismo”

 

HACIENDA DE ARÍNZANO ROSADO 2015. Propiedad  de Arínzano. DO: Pago Propiedad de Arínzano. 100% Tempranillo 
El primer vino de pago del Norte de España. La que fuera propiedad de los Chivite, cambió a manos internacionales hace un par de años y ha fichado  en las labores enológicas a un peso pesado, Manuel Louzada. Ex Numanthia, curtido en lides de tan diversa índole como son los vinos de Oporto o los espumosos del Nuevo Mundo, ahora desembarca en esta hacienda navarra y comienza nueva etapa creando un rosado. Me cuenta Louzada, con el que tuve el placer de charlar acerca del vino, sobre la inspiración que le aporta poner de banda sonora a Bonny Tyler en sus viajes entre viñas (no me extraña, es magnífica para eso y para sobreponerte de una ruptura). Pero sobre todo, hablamos de este rosado. Me cuenta que la idea surgió recorriendo el viñedo “El Montico”. Allí se topó, en su parte más alta, con una parcela de un tempranillo de increíble frescura. Desde ese momento, elaborar con él un rosado diferente fue casi una obsesión. 

Mis apuntes: Es un rosado new age, con un color pálido, rosa casi piel cebolla, muy bonito. Encontré aromas a fruta fresca estilo pomelo rosa, pero también notas casi mentoladas que me encantaron, alguna flor muy sutil… Sobre todo, tiene una nariz muy fresca, que en boca se traduce en un vino de estupendo equilibrio, con su punto de acidez, que llena la boca pero no cansa. Un vino casi atlántico, sutil, muy fácil de beber, sin aristas, ideal para las altas temperaturas que nos acompañan.
Su momento: Éste. 
Lo que cuesta: 14 €.
Con qué me lo tomo: Con un pulpo a la brasa en un chiringuito de esos de postureo que tanto nos gustan. 

 

ARBAYÚN ROSADO 2015. Baja Montaña Bodegas y Viñedos. Do Navarra. 100% Garnacha
Fernando Chivite se lanza a montar su proyecto más personal. Y dónde lo iba a hacer, en su tierra, Navarra, y más concretamente en la zona de Baja Montaña, casi olvidada para la viticultura actual aunque con una tradición milenaria en esto de la vid y el vino. A sus espaldas lleva ya toda una vida de experiencias y ahora, lo que le apetece es explorar nuevos caminos, sin presiones comerciales, hacer lo que viene a llamarse “lo que a uno le dé la gana”. Y eso ha hecho con este rosado de nombre raruno, tomado de uno de los cañones navarros más impresionantes: 6 kilómetros de roca abriendo el río Salazar. 
Mis apuntes: Tuve la suerte de probar las dos añadas que ha elaborado, la 2014 y la 2015. La 2015 es explosiva, puro nervio y vitalidad, con una nariz que derrocha juventud garnachera y una boca grácil, fresca, con una buena acidez y con cierta untuosidad y cuerpo. Frente a ella estaba el 2014, que había cumplido un año con una elegancia, un saber estar… la nariz era deliciosa, y la boca, aunque me quedo con el ímpetu del 2015, era pura armonía, conservando una acidez que le depara todavía tiempo de consumo. 
Su momento: Desde ahora, hasta dentro de un par de años si te gusta que los vinos evolucionen.
Lo que cuesta: 8 €
Con qué me lo tomo: Con una menestra de la huerta navarra.

 

MIS PRIETO PICUDO

 

GURDOS ROSADO 2015. B. Gordonzello. DO. Tierra de león: 100% Prieto Picudo
Pero cómo no me va a gustar a mí esta bodega, cuando es el resultado del esfuerzo de un centenar de viticultores leoneses por mantener viva su comarca. Sí, hay mucho de romántico en la idea de recuperar una viticultura que, a mediados de los 90, casi había desaparecido en esta tierra. Pero sobre todo, lo que me gusta es el coraje de no dejarse morir, de unirse para crear trabajo y que los jóvenes no tengan que marcharse. Si es plantando viñas y haciendo vinos como éste, mejor que mejor.
Mis apuntes: Quizá sean más conocidos por sus Peregrino, pero con el vino que me han enamorado es con este rosado que tiene una personalidad… desbordante. Gurdos, elaborado con la técnica del madreo (que no es hacer la pelota a tu madre sino añadir racimos enteros durante la fermentación del vino), y con la uva local, la poderosa y llena de identidad Prieto Picudo. Un vino de terruño, con un montón de fruta roja fresca (mucha fresa), y que al tiempo tiene unas notas frescas, casi herbáceas (violetas, plantas de río) tan atractivas… En boca tiene cuerpo pero es tan fácil, con una acidez de fresa ácida muy jugosa, largo, perfumado… Os va a encantar. 
Su momento: ¡A la de tres!
Lo que cuesta: 6,90 €
Con qué me lo tomo: Con una tosta de cecina de León y unas ligeras gotas de AOVE


NICTE ROSADO PÉTALOS DE ROSA 2015. B. Avelino Vegas. VT Tierra de Castilla y León.

100% Prieto picudo. 
¿Qué por qué una bodega que ya tiene fama en Cigales, se aventura en  el páramo de León para elaborar su gama top de rosados? Pues claramente, porque han encontrado el lugar donde convergen los parámetros necesarios para hacer un gran vino: mi querida Prieto Picudo como uva, unos suelos arenosos y pedregosos pobretones y un clima extremo que marca carácter y concentración. Sí, y además, es rosado. 
Mis apuntes: Me encanta este Nicte Pétalos de Rosa. Es delicado, desde el color, rosa salmón, hasta una nariz sutil, muy floral como indica desde el nombre y con una boca equilibrada, fresquísima pero llena de power. ¡Un ole a Avelino Vegas! ¡Lo ha hecho de diez!
Su momento: Este 2016.
Lo que cuesta: 8 €
Con qué me lo tomo: Con unos linguine con gambones.

 

LOS DE LAS UVAS DE FUERA

 

ARRAYÁN ROSADO 2015. BODEGAS Y VIÑEDOS DE LA VERDOSA. DO MENTRIDA. Syrah, Merlot, Petit Verdot, Cabernet Sauvignon
Es uno de mis rosados fetiche, desde hace muchos años está dentro de mis imprescindibles. Tiene que ver que la bodega sea una maravilla, enclavada en mitad de una reserva cinegética donde verás ciervos, jabalíes, rodeada de encinas, romero, tomillo… y a una distancia más que razonable para hacer una visita desde Madrid (poco más de una hora). Pero es que además, añada tran añada, está siempre buenísimo. 
Mis apuntes: Han encontrado la conjunción perfecta de varietales, cada uno aportando lo que tiene que aportar, con una nariz exuberante, en la que vas a encontrar muchos aromas con los que entretenerte: fruta roja, herbáceos, florales... pero  sobre todo lo que más me gusta es su boca: perfecta, equilibrada, con un ligero amargor que le da un puntito muy interesante.
Su momento: Aguanta bien un año, pero ¿para qué esperar?
Lo que cuesta: 6,30 €
Con qué me lo tomo: Con una tabla de ahumados. 


PIRINEOS ROSADO 2015. B. Pirineos. DO Somontano. Tempranillo y Cabernet Sauvignon
Tras su compra por parte de la andaluza Barbadillo, Pirineos le ha dado una vuelta a la imagen y al estilo de su rosado de gama alta. La etiqueta pasa a ser negra, algo poco habitual en este perfil de vinos desenfadados, que demuestra las intenciones de un vino más serio. Es un rosado “blush”, vamos, clarito, de los que gustan fuera de estas fronteras.

Mis apuntes: Más sutil que explosivo, podrías, si te ofrecieran la copa sin mirar, hasta pensar que es un blanco. Florales, cítricos, frescura, buena acidez… pero con una personalidad marcada de principio a fin, con estructura, con empaque. Un buen trabajo que demuestra el porqué de la buena fama de los rosados del Somontano.
Su momento: Este verano
Lo que cuesta: 5,20 €
Con qué me lo tomo: Con unas verduras en tempura

 

LOS HECHOS PARA DURAR


IMPROMPTU ROSÉ 2015. B. Hispano Suizas. Do Valencia. 100% Pinot Noir.
Es la segunda añada de este rosado diferente por muchos motivos. Por estar elaborado con una uva no muy utilizada en España, la Pinot Noir, pero también por ser un rosado de los catalogados como muy complejos, con fermentación en barrica, crianza sobre lías y vete tú a saber qué más. A los críticos nos encanta, porque es un rosado diferente, sutil en nariz pero poderoso en boca, que envejece armónicamente…una rara avis.
Mis apuntes: Puede despistar, porque cuando le ves, rosita clarito, puedes pensar que es un rosadete sencillo. Pero nada más lejos de la realidad. Tiene fruta a gogó y al fondo, un recuerdo a vainilla, a levadura de brioche, que nos habla de su paso por barrica y de su contacto con las lías. En boca es muy completo, con cuerpo, llena la boca, con una buena acidez y sensaciones de yogur de fresa al final. Un rosado que permite comer con él cositas elaboradas.
Su momento: Puedes probarlo ahora o dentro de un año… o dos ¡o tres!
 Lo que cuesta: 20 €
Con qué me lo tomo: Con un lenguado a la meunier

 

MUGA ROSADO 2015. B. Muga. DO Rioja. 60% garnacha, 30% viura, 10% tempranillo. 
La emblemática bodega del barrio de la Estación lleva ya unos cuantos años apostando por el rosa en un vino que, sin dar la espalda a la espontaneidad propia de esta categoría de vinos, sí que tiene un “punch” añadido: fermenta en barrica, por lo que tiene más estructura en boca y podemos alargar su vida algún año más.
Utilizan para elaborarlo unas garnachas plantadas en el lado umbrío de los montes Obarenes, para que resulte un vino más fresco, y acompañan a esta variedad con un porcentaje importante de la uva blanca local riojana (viura) y un toque de tinta tempranillo.
Mis apuntes: Muy clarito en su color, fue de los primeros en apostar por este perfil provenzal de rosados. Encontraremos multitud de frutas cítricas, mucha manzana verde, pero también albaricoque, y un recuerdo de bollería debido a su paso por la madera, que irá fusionándose en un conjunto sutil y elegante con unos mesecitos más de botella. La boca es lo mejor, porque aúna frescura con un punto de golosidad. Una delicia.
Su momento: Desde ahora hasta los próximos 4 años. 
Lo que cuesta: 7 €
Con qué me lo tomo: Con un escabeche de pollo. 

 

EL DIFERENTE

 

ROSELITO 2015. B. Antídoto. DO Ribera del Duero. Tinto fino y albillo
Es el hermano pequeño del premiado Le Rosé. Proyecto personal del enólogo francés Bertrand Sourdais (Dominio de Atauta) y David Hernando (Atalayas de Golbán), buscan viñas viejas por los alrededores de San Esteban de Gormaz para crear unos vinos de gran personalidad. 
Mis apuntes: es un rosado que aúna inmediatez y complejidad. Se supone que es el low cost, el sencillito, y es verdad que es súper fácil de beber, frutal, floral, muy atractivo. Pero luego tiene esa boca, que no es que sea difícil, es que es diferente a lo que se elabora aquí en España. Tienes que probarlo para opinar: tiene alma, tiene vida, discurre como la seda por tu garganta y sin que te des cuenta... te has tomado ya la segunda. 
Su momento: Este veranito
Lo que cuesta: 10 €
Con qué me lo tomo: con unos chipirones a la plancha

 


La Banda Sonora: Podría haber elegido una de esas canciones de elegancia chilloutera de bandas como Pink Martini, pero hoy, con tanto rosado, se me ha puesto cuerpo de karaoke, de irme de crucero y de bingo, se me ha puesto cuerpo de Baccara. Y es que, Sorry I´m a Pink Lady.