¡Actualizamos añada!  Tinto Pruno 2019

Los de Villacreces  adelantan la añada 2019 en su formato magnum, un regalo que, ya que nos ponemos, viene ideal para el día del padre y que es una homenaje a ese Duero legendario en cuyo meandro se encuentra la finca. 

Así se cumplen 11 años desde que en el 2008 viera la luz la primera añada de este tinto. Tres años después, con su añada 2011,  se convirtió en uno de los primeros vinos "mediáticos" del señor Parker en España, con esos 94 puntos sobre 100 que le situaron entre los mejores vinos de relación calidad-precio del mercado y que, a mayores, puso en el mapa del consumidor a su bodega, Villacreces, 64 hectáreas que a pesar de colindar con las más grandes (Vega Sicilia, Abadía Retuerta, Arzuaga están a tiro de piedra) aún era una desconocida para el gran público.

Once añadas después, Pruno sigue siendo ese "chaval" de la Ribera que, sin perder ni un ápice de su identidad, destaca por su actitud "para todos los públicos", tanto por ese perfil fresco y equilibrado como por su estupendo precio (27,80 euros este "botellón" de litro y medio que además incluye visita a bodega, algo que no me cansaré de recomendar). Todo un valor seguro, asentado, que no defrauda añada tras añada. Es el vino que llevo a mis comidas con amigos, porque sé que va a gustar a todos los niveles. En esta ocasión, lo llevé a un picnic con mi "familia política", cuyas exigencias en materias de Ribera del Duero siempre me ponen en un apuro (son de la tierra) y he de decir que quedaron encantados. Estaba espectacular, armónico, pero con una frescura excepcional. El formato magnum es ideal para estos encuentros "de a seis" y además son una opción perfecta de regalo para winelovers, porque envejecen más lentamente,las botellas son preciosas y quedan genial en la vinoteca.

 

Tinto Pruno 2019. B. Villacreces. D.O. Ribera del Duero.

90% Tempranillo, 10% Cabernet Sauvignon

El primer Pruno surge en 2008 con el fin de completar el portfolio de la bodega con un vino para todos los públicos, pero se ha convertido, contra todo pronóstico, en el buque insignia de Villacreces, del grupo Artevino (Orben, Izadi, Vetus). El porqué de su éxito es, al margen de la espectacular repercusión de haber sido apadrinado por Robert Parker, encontrarnos ante un vino disfrutón, bien pulidito, que habla bien de su tierra y a un precio excepcional. Lo hace gracias a la expresión de la uva mayoritaria en la Ribera, la tempranillo, acompañada de un toque de cabernet sauvignon. 

Mis apuntes: Mucha fruta, tanto negra, del estilo de la mora y el arándano, como roja, en la gama de la frambuesa y grosella. La madera, como es marca de la casa, está muy bien integrada, siendo solo una sensación velada, en forma de ligeros mentoles que acompañan a la fruta, fresca pero bien madurada. Mantiene la tipicidad de Ribera, pero sin pasarse en robustez. Un tinto que se bebe con una facilidad pasmosa y que gustará a todas las "tribus" del vino. 

 

Su momento: Dentro de unos meses estará un poco más redondito, aunque ha nacido para que te bebas la botella sin darte casi ni cuenta desde ya.

 

Con qué me lo tomo: Con un Comté de 36 meses de afinamiento, unos buenos ibéricos y la reconocida tortilla de patatas de mi cuñado convirtió el picnic en una maravilla.

 

Lo que cuesta:

La botella de 75 cl (la normal), cuesta 11,25 euros. El mágnum en lata (que además incluye una visita gratis a Villacreces), cuesta 27,80 euros.

 

La Banda Sonora: Un easy listening de calidad, de esos que gustan tanto a los padres como a los sobrinos y que, si te fijas, en él no se ha dado puntada sin hilo. Un Moby de su Porcelaine, vamos.